Desde que el Cine es cine y la Historia un decorado quizás el vestuario más adulterado y entretenido de un personaje histórico en pantalla sea el de Cleopatra.
Busto romano de Cleopatra con diadema real, 46-44 a.C., Altes Museum.
Si vestimos a la histórica Cleopatra VII (69 a.C.-30 a.C.) suyos son sin duda los atributos de la diosa egipcia Isis, pero también el tocado y el peinado de una dama helénica. En cuanto al vestido, posiblemente su atuendo más convencional fuera al estilo griego con influencia romana, túnicas tipo peplo y estolas de lino o seda, en la que los tintes violeta, rojo, amarillo, verde, azul entre otros daban paso a los estampados y la combinación de colores de la época ptolemaica tardía.
Máscara mortuoria de mujer egipcia, 60-70 d.C., MET Museum.
Representación de mujer egipcio-romana, siglo I d.C.
Para trajes oficiales y ceremonias es más que probable que vistiera con indumentaria egipcia, con piezas como la lóriga o vestido funda, el kalasiris (envolvente), la túnica saco o el haik (especie de manto) y todas sus posibles variaciones y colores; era cuestión de estilo propio.
Da la casualidad de que los diseños griegos y sobre todo los egipcios son más que adaptables a las distintas siluetas y estilos de moda en el siglo del cine. Históricamente los textiles naturales como el lino y la seda les dan sutileza y elegancia, la transparencia y el no pudor mostrando el cuerpo los hace sensuales, la pedrería, las piedras preciosas, el oro y las joyas le dan el glamour que Hollywood necesita.
La única película sobre esta protagonista que pretende rigor histórico y guarda alguna fidelidad es Marco Antonio y Cleopatra (1972) dirigida y protagonizada por Charlton Heston y Hildegard Neil. El resto es la fantástica Cleo de la Belle Epoque en la década de los 10 ondeando los velos entre el modernismo y los ballets rusos, la decó de los años 30, la altiva Gilda de los 40, la pin up de los 50, y la Liz Taylor de los 50 en la alta costura de los 60. A estas actrices no se las vestía de época, se las vestía a ellas; la actriz era Cleopatra, no Cleopatra tal actriz, tan poderosas como ella. Y que ensueño para un diseñador los tocados y pelucas cuando se trata de vestir a la faraona, la última gran reina de Egipto.
Pasemos a una breve historia visual de Cleopatra en el cine.
¿Existe otra Cleopatra más allá de Elizabeth Taylor?
Una Cleopatra cuyo vestuario nada tiene de histórico, con silueta y diseño más al estilo Betty Page de los años 50. Están vistiendo a la Liz mítica que eclipsó las pantallas de esa década, la de la gata sobre el tejado de zinc ahora transformada en Cleopatra.
Es posiblemente el peor armario de la filmografía de Cleopatra y de Liz Taylor, aunque con el paso del tiempo tiene su aquel. La figurinista Irene Sharaff fue la diseñadora, Vittorio Nino Novarese vistió a los hombres. Se llevaron el óscar al mejor vestuario en 1964.
La Alétheia de Zorba. Un viaje por la historia del vestido 